Siempre he tenido una vida muy activa, equilibrando el trabajo, la familia y numerosas actividades que ¡me encantan! Sin embargo, hace algunos años comencé a tener problemas serios de salud. Me sentía agotada, con dificultad para pasar el día. Cuando finalmente fui al médico, me dijo: “Estás cerca de una falla cardíaca. Ve a urgencias de inmediato.” Me informaron que necesitaría cirugía.

Mientras esperaba que se programara, comencé a sentirme mejor con el cuidado adecuado y decidí entrenar para un último medio maratón, y así estar en la mejor forma posible antes de la operación. Las lesiones en las pantorrillas dificultaron el entrenamiento, por lo que fui a ver al quiropráctico. Y ahí fue cuando todo cambió.

Ella me preguntó: “¿Qué haces para descansar, para desconectarte?” Le respondí: “Corro.” Se rió y dijo: “Eso no es descansar. Cuando corres, sigues en modo lucha o huida. Tu sistema necesita entrar en modo descanso y digestión para recuperarse del estrés. ¿Meditas?” “No.” “¿Haces yoga?” “No,” respondí. Ese día salí de su consultorio con tarea.

Pasaron meses. Corrí el medio maratón, me operaron y finalmente estaba en casa, descansando. Ya no tenía excusas para no intentar meditar. Pero cuando lo hice, mi mente no se detenía. Pensé: “Qué pérdida de tiempo, podría estar haciendo tantas otras cosas.”

Pero el universo tiene su manera de ponernos en el camino que debemos estar. Una amiga me invitó a su ceremonia de cumpleaños con cacao. Esa fue la puerta a una comunidad de personas que practicaban meditación, yoga y espiritualidad. Mi curiosidad creció. Era como seguir migas de pan: una cosa me llevaba a otra, y estaba fascinada.

Me inscribí en un estudio de yoga cerca de casa, y comenzaron a suceder cosas extrañas. Empecé a recordar mis sueños; eran más vívidos y con significado. Una mañana desperté con dos palabras muy claras en mi mente, como si estuviera destinada a recordarlas: “Spiritual Unfolding”, que en español significan “Despliegue Espiritual”.

No sabía qué significaban. Estaba segura de que nunca las había escuchado ni leído antes. Me intrigaron y le conté la historia a una nueva amiga con quien había agendado una regresión a vidas pasadas. Ella lo llamó un “despertar espiritual.” Tampoco entendía qué significaba eso, pero empezaba a darme cuenta de que el camino apenas comenzaba.

Semanas después, comencé a sentir un cosquilleo en las manos y en la coronilla. La meditación se volvió una práctica regular, y sentí el llamado de explorar la sanación energética. Un retiro transformador de Reiki de tres días profundizó mi comprensión de la energía vital y despertó mi intuición.

“Spiritual Unfolding” seguía resonando en mi mente. Palabras como “unfold, unfolding, unfoldment” aparecían constantemente: mencionadas por gente a mi alrededor, en libros, en conversaciones. Sentía que era un recordatorio, aunque no sabía exactamente de qué. Tenía la sensación de que debía hacer algo con eso. Pensé que tal vez una cuenta de Instagram sería un buen comienzo. Para mi sorpresa, el nombre no estaba tomado. La creé, pero no sabía qué hacer con ella, así que la cerré poco después.

Aun así, la idea persistía. Esas palabras debían significar algo. Durante una lectura akáshica, pregunté al respecto. La respuesta fue breve: “Ocurrirá rápido cuando llegue la señal.” Spiritual Unfolding seguía siendo un enigma. Pasaron los meses. Reabrí la cuenta. La cerré otra vez. Pensé: si esto está destinado a ser, el nombre seguirá disponible cuando finalmente entienda de qué se trata.

Un día, hablaba con mi mamá sobre mi experiencia con la regresión a vidas pasadas. Ambas estábamos fascinadas, viendo documentales y compartiendo historias. Esa conversación me llevó a inscribirme en la formación en Hipnosis Clínica en la Universidad de Toronto, seguida por entrenamiento en Regresión a Vidas Pasadas y Vida entre Vidas. Completé la formación en aproximadamente un año—y de pronto, todo hizo clic: Spiritual Unfolding sería el nombre de mi práctica.

Por tercera vez, el nombre seguía disponible. ¡No lo podía creer! A pesar del miedo, estaba emocionada. Sabía que finalmente era el momento de darle vida a Spiritual Unfolding™.

Todo se alineó perfectamente—todo lo que podía necesitar o imaginar comenzó a aparecer: los mentores, el conocimiento, las herramientas, el sitio web, el logo, los diseños, la marca, la inspiración, las ideas—todo llegó en cuestión de días. Spiritual Unfolding™ ya había nacido. Jamás imaginé que sucedería tan rápido y de forma tan mágica.

Mi camino continúa, eso fue solo el comienzo. Hoy, por más ocupada que esté, me aseguro de tomar tiempo para enfocarme en mí, ir hacia dentro y hacer el trabajo interno que esta profesión requiere.

Me siento profundamente agradecida con todos los que han sido parte de esta historia. Me honra caminar este camino contigo. Mi propósito nunca ha estado más claro, y me llena de alegría poder acompañarte en tu propia travesía hacia el Despliegue Espiritual™.